entre el cielo y el suelo

en el camino de santiago, cuando dedicas largas horas a caminar por el campo surgen muchas sensaciones nuevas. lo primero cansancio y necesidad de sentarse un poco, claro, pero hay mucho más, como la sensación única de encontrarte en medio de la nada, caminando con un rumbo muy fijo y sin posibilidad de improvisar. eso convierte al hecho de andar en un gesto meramente mecánico del que te despreocupas para poder dedicar el tiempo a que sea tu mente la que camine libre y descubra esos cielos de azul intenso que en primavera juegan con los campos de cereal o esos paisajes increíbles en donde lomas y caminos dibujan composiciones de precisión geométrica como el de esta esta imagen de natalia y paloma descansando entre el cielo y el suelo cerca de ibargoiti, en navarra